Está claro: Los objetivos climáticos del futuro no pueden alcanzarse con las tecnologías de ayer. Por eso hay que replantearse la digitalización. ¿Puede el cloud industrial impulsar una transformación digital sostenible? Esta es precisamente la cuestión que me gustaría explorar hoy. Para simplificar este complejo tema, tengo en mente una fórmula clara; veamos si el resultado es correcto: Industria + cloud industrial = verde.
Me guío por el lema: «dos por tres son cuatro». Cualquiera que conozca a Pippi Calzaslargas lo recordará. Después de todo, la tentación de perfilar el mundo a nuestro gusto es grande. La ecuación de Pippi (lo sabemos sin insultar sus habilidades matemáticas) no es correcta. Pero, ¿y mi ecuación? En principio, se puede defender. Combinar los factores «industria» y «cloud» sobre el papel y definir un resultado de antemano es fácil. Otra cosa es comprobar si el resultado es plausible y si se puede influir en él cambiando los sumandos. Veamos primero por separado la industria y el cloud.
¿Qué influye en este sumando y qué define su valor? Cuanto mayor sea el valor del parámetro «Industria», más importante será para su sector respectivo. La presión sobre las empresas y sectores para que actúen de forma sostenible y respetuosa con el medioambiente tiene distintos orígenes y razones y, en consecuencia, también distintos valores. Estas son algunas de las condiciones que influyen:
Pasemos ahora al segundo sumando: el cloud industrial. Para entender por qué el cloud industrial podría ser ecológico, veamos primero el valor añadido sostenible que ofrece la tecnología de cloud en general. La computación en cloud ofrece varias formas de reducir el impacto medioambiental de las infraestructuras informáticas, ya que minimiza la necesidad de servidores físicos y hardware in situ. Esto conlleva un menor uso de energía, refrigeración y espacio.
Gracias al cloud, las empresas pueden escalar sus recursos informáticos en función de la demanda y utilizarlos de forma más eficiente, lo que a su vez minimiza el consumo y los costes asociados. También es posible alojar datos y aplicaciones digitales en centros de datos más ecológicos que utilicen fuentes de energía renovables.
Al ayudar a reducir la huella ecológica y promover prácticas empresariales respetuosas con el medioambiente, el cloud contribuye a la sostenibilidad en general. En combinación con clouds industriales, se desarrollan soluciones específicas para cada industria que permiten operaciones más sostenibles en diversos sectores de la economía.
El cloud industrial difiere de la nube «normal» en varios aspectos y debe cumplir ciertos criterios para ser clasificada como cloud específico de un sector. Los rasgos característicos son, entre otros:
Nuestra fórmula «Industria + cloud industrial = verde» puede representar un vínculo simplificado entre utilidad y respeto del medioambiente, pero los factores reales que influyen son complejos, varían de un sector a otro y requieren tener en cuenta otros aspectos. La industria está bajo presión para desarrollar rápidamente procesos sostenibles para las empresas.
El uso de un cloud industrial no garantiza por sí solo este cambio, pero sí actúa como herramienta para promover operaciones sostenibles. Por ejemplo, puede favorecer el ahorro energético y el uso eficiente de los recursos. El resultado depende de varios factores, como los esfuerzos de sostenibilidad del sector respectivo y la eficacia del cloud industrial.
En todo caso, nuestra fórmula inicial es más estable que el cálculo utópico de Pippi. Porque con el cloud industrial como directriz que anima a las empresas a integrar prácticas sostenibles mediante soluciones especiales en el cloud, podemos establecer procesos empresariales más respetuosos con el medioambiente a largo plazo. Así podemos perfilar el mundo un poco más a nuestro gusto: más social, más sostenible, más verde.