Debido a las plantas de producción con una vida útil de 40 años, a los elevados costes de instalación de nuevas infraestructuras y a la fuerte regulación legal, antes los cambios en el sector energético solo se implementaban lentamente. En la actualidad ya no es así. Líderes establecidos del sector contribuyen de manera significativa a los objetivos de transformación clave de la transición energética, incluyendo la reducción de las emisiones de CO2 y la digitalización. No solo se preocupan de la sostenibilidad, sino también de crear modelos de negocio y servicios completamente nuevos.
El principal motor de la transición energética es la necesidad mundial de cambiar a fuentes de energía renovables y sin emisiones. Los costes ya no son un problema: las energías eólica y solar ya han alcanzado la paridad de red, preparando el camino hacia una transición integral. La sostenibilidad es ahora una cuestión estratégica para las empresas de suministro. Y van más allá de la instalación de soluciones individuales: también invierten en tecnologías para un suministro de energía accesible con el que los consumidores pueden reducir su huella de CO2 e impulsar la descarbonización de su generación. Positivo para la protección del clima: la implementación de estas tecnologías puede ahorrar energía y optimizar la red eléctrica para lograr su máxima eficiencia.
El cambio se está acelerando no solo en el sector, sino también en los hogares. Los consumidores se están convirtiendo cada vez más en prosumidores, generando su propia electricidad y, al mismo tiempo, extrayendo energía de la red. Las empresas de suministro deben poder gestionar esta red bidireccional, la cual es mucho más compleja que los modelos convencionales. La resiliencia y la flexibilidad son dos factores clave. Sin embargo, también deben tener en cuenta que ahora la fidelización de clientes se produce a través de una compleja red de relaciones, en lugar de un único canal lineal como antes. Por lo tanto, los proveedores deben disponer de una selección de servicios automatizados y listos para su uso, desde el presupuesto hasta el pago.
En el pasado, solo conocíamos el consumo total de energía. Hoy, utilizamos redes bidireccionales y contadores inteligentes, por lo que sabemos cuándo y cuánta energía se genera y se consume, así como qué patrones de oferta y demanda existen. ¿Cómo se pueden combinar, analizar y utilizar ahora estos datos de manera óptima para ofrecer, por un lado, una red eléctrica más eficiente y fiable y, por otro, conocer las preferencias de los clientes y oportunidades de negocio? ¿Y cómo pueden tratarse estos datos de manera segura y confidencial? ¿Qué requisitos legales deben cumplirse en el proceso?
En medio de esta agitación, el papel de las principales empresas energéticas europeas está cambiando. Mientras que el mercado se diversifica, sus modelos de negocio también se amplían. Las empresas están adentrándose en nuevas áreas de negocio como la movilidad y la seguridad, aprovechando sus conocimientos sobre gestión de infraestructuras críticas. A fin de lograr sus objetivos, colaboran con nuevos socios más allá de su sector. Los socios de digitalización les permiten manejar estructuras complejas, optimizar sus operaciones y adaptarse rápidamente al mercado energético de las materias primas mientras éste cambia y se vuelve más sostenible.