Las organizaciones deben gestionar grandes volúmenes de datos confidenciales garantizando seguridad, cumplimiento y accesibilidad. La nube pública, aunque eficiente y escalable, no siempre satisface las exigencias europeas de soberanía, privacidad y jurisdicción. Con el 64% del gasto global concentrado en AWS, Azure y Google Cloud, muchos datos quedan en manos de proveedores no europeos; Europa afronta un momento crítico: cómo aprovechar la innovación de la nube sin ceder soberanía.